viernes, 13 de enero de 2012

Bloque 4: Reflexión personal.


En primer lugar decir, que considero muy importante este cuarto bloque como futura maestra, he podido aprender las estrategias de animación a la lectura para los más pequeños y un montón de ideas y actividades para trabajar la lectura de una manera entretenida en el aula, que les divierta y les motive a leer, sin permitir que caigan en el aburrimiento. He aprendido numerosas técnicas para poder hacer esto posible.

Por ejemplo el hecho de haber tenido que elaborar actividades previas, durante y después de la lectura sobre un libro concreto me ha hecho reflexionar y tener una mayor imaginación en este aspecto a la hora de llevarlo al aula en un futuro como maestra.

Hacer animación lectora en el aula, no es una tarea de lo más complicada.  Al alumnado le encanta, mientras no haya que leer. Pero lo difícil, y lo complicado es desarrollar la competencia lectora en los alumnos, esa necesaria herramienta que otorga la posibilidad de acceder al diverso contenido de los libros y nosotros los maestros a parte de desarrollar actividades de animación lectora que es algo muy importante para despertar en ellos el interés de la lectura, interactuar con los textos y hacerles comprender los mismos, debemos en la medida de los posible, desarrollar también la competencia lectora en los alumnos, para que lean durante toda la vida y no solo a corto plazo.

Este punto de vista exige disponer a los futuros maestros de unos conocimientos previos acerca de qué es leer y las implicaciones intelectuales y afectivas que subyacen en su proceso de enseñanza-aprendizaje.

En mi opinión en los juegos de animación lectora los niños leen, pero, pienso que algunos no se hacen lectores. O dicho con más propiedad: la animación lectora pienso que no garantiza la existencia futura de unos grandes lectores.

La escuela no es responsable de los alumnos que no quieren leer. Al fin y al cabo, leer no es una obligación, ¿verdad? Pero la institución escolar sí es responsable de los alumnos que no leen porque no pueden. ¿Por qué? Porque no saben hacerlo. ¿Por qué? Porque no se les ha enseñado correctamente.

La escuela tiene que contar con futuros maestros que sean capaces de desarrollar en los alumnos esa competencia lectora además de animarles a leer que son dos cosas distintas. Una competencia que implica identificar las unidades del texto; razonar conocimientos para enfrentarse a las informaciones y sentidos del texto y, finalmente, establecer una una coherencia en función de las circunstancias lectoras.

Yo no dudo de que los juegos de animación lectora desarrollan cierta interés afectivo e intelectual hacia la lectura, pero vuelvo a repetir que yo creo que no hacen buenos lectores al menos en algunos casos.

Uno de los efectos de la animación lectora es que no animan a leer a largo plazo. Podría decirse que no es una actividad de larga distancia, sino de corta, como he dicho anteriormente.

Yo creo que en la animación lectora, lo que se despierta no es el interés por el libro, aunque en algunos alumnos sí, pero en otro no, sino por el juego que funciona como cebo para que el alumno pique en él y entre en el libro.

Como conclusión final decir que, con este bloque he aprendido numerosas técnicas y actividades para trabajar la lectura en el aula en un futuro, pero como he dicho anteriormente pienso que las actividades de animación a la lectura no crean del todo el placer de leer en los alumnos que es lo que se quiere conseguir.

El hecho de que el alumnado se aburra leyendo no significa  que no tenga que leer y seguir leyendo.

Un deseo que no se satisface siempre produce aburrimiento, pero el deseo de leer y el de escribir se satisfacen con esfuerzo, con reflexión y con entusiasmo mental. Pienso como futura maestra que la responsabilidad de la escuela es dotar al alumnado de aquellos instrumentos de la competencia lectora para que mediante ellos accedan a los textos cuando quieran o ellos mismos deseen es decir cuando a ellos les parezca más oportuno, sin tener que estar encima de ellos para despertar su interés por la lectura.

Nosotros los maestros queremos lectores que lean por propia iniciativa, queremos buenos lectores que disfrutan leyendo, que se metan en el libro cuando se aburren por ejemplo pero es una tarea bastante complicada para los maestros.

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